Unidad 11.
La adolescencia
1.
La
adolescencia
1.1 Etapa de transición
1.2 Los cambios físicos y psicológicos
1.3 Búsqueda de la identidad
1.4 La cultura juvenil
2.
El
desarrollo personal
2.1 Desarrollo cognitivo
2.2 Desarrollo moral
2.3 Creencias e ideas irracionales
2.4 Habilidades sociales
3.
Las
relaciones interpersonales
3.1 La atracción interpersonal
3.2 ¿Qué es el amor?
3.3 La pareja
4.
Hacia
una nueva masculinidad
Introducción
La psicología evolutiva investiga cómo se
desarrolla el ser humano y los cambios psicológicos que experimenta durante la
vida. La adolescencia sigue a la
pubertad, y puede situarse en torno los 16-18 años.
La adolescencia es
una etapa de la vida, donde las relaciones sociales, la amistad y el amor,
adquieren gran importancia. El adolescente dirige la atención al propio cuerpo,
y tiene que descubrir nuevas formas de ser –estilo de vida, de trabajo, de
música, de vestido-, que le satisfagan y sean aceptables para los que le rodean.
La adolescencia
también se caracteriza por conseguir mayor autonomía,
tener dudas sobre la propia identidad
y, a veces por transgredir las normas.
1. La
adolescencia
La adolescencia es
una etapa de tránsito entre la infancia y la vida adulta. Es un período marcado
por las transformaciones biológicas (pubertad) y que posibilita a los
adolescentes alcanzar su madurez psicosocial, sexual y moral.
1.1 Etapas de
transición
En los países
occidentales, la formación del adolescente para integrarse en la sociedad se basa
en la instrucción escolar. El joven debe aprender los valores, conocimientos y
estilos de vida que forman la trama social y cultural.
El adolescente
experimenta cambios físicos y psicológicos que afectan a todos los aspectos de
su personalidad: a su vertiente biológica, a su estructura intelectual, a su
mundo afectivo, a su imagen del mundo y a su propio sentido de la existencia.
A. Diferentes
perspectivas
Stanley Hall consideraba que los cambios físicos influían en la
psicología adolescente y que el esfuerzo que realizan los jóvenes por adaptarse
a esos cambios provocaba tormenta y estrés (Sturm und Drang, términos del
romanticismo alemán).
Sin embargo, la
antropóloga Margaret Mead, que
realizó estudios sobre la adolescencia en Samoa (1928) y en Nueva Guinea
(1953), destacó la importancia de la cultura en el desarrollo de la misma, ya
que en estas sociedades era una etapa placentera de la vida y no se
caracterizaba por crisis y tensiones.
B. Objetivos
de la adolescencia
Los jóvenes
necesitan superar varios desafíos:
·
Desarrollar sus capacidades cognitivas y emocionales. Los adolescentes acceden al pensamiento abstracto
y al conocimiento reflexivo.
·
Construir su propia identidad personal. Integrar y aceptar la imagen corporal, tener
expectativas y proyectos futuros. Esto implica aceptar las transformaciones
físicas de la pubertad, redefinir las relaciones familiares, lograr la
independencia emocional y la identidad sexual.
·
Adquirir nuevas capacidades sociales, una moral
autónoma (aceptar los
valores y comprender las normas sociales), nuevas relaciones interpersonales
(inicio de una relación de pareja) y desempeñar un rol estudiantil o laboral.
1.2 Los
cambios físicos y psicológicos
El tránsito hacia
la vida adulta no solo requiere madurez física, sino también psicológica,
cambios en la forma de pensar, ajustes de la personalidad y del comportamiento
afectivo y sexual.
A. Cambios
físicos en la pubertad
La transformación
física del cuerpo y la maduración sexual durante esta etapa marcan el comienzo
de la adolescencia. Los adolescentes
experimentan cambios físicos acusados: el desarrollo acelerado en peso y
estatura, desarrollo de las características sexuales secundarias y adquisición
de la capacidad reproductiva.
La pubertad
comienza con secreciones hormonales, que desencadenan un rápido crecimiento, en
las chicas a partir de los 11 años y en los chicos a partir de los 13. Durante
este proceso, se desarrollan los caracteres sexuales primarios (maduración
de los órganos reproductores, ovarios y
testículos), y los caracteres sexuales secundarios (rasgos no reproductores).
Mientras que en ambos sexos aparece el vello pubiano y axilar, la gran
diferencia es que en las chicas se produce un aumento en el tamaño de los
pechos y las caderas y en los chicos aparece el vello facial y la voz más
grave.
La pubertad puede
determinarse con señales objetivas: en las chicas aparece la menstruación, que
indica la maduración sexual de la mujer, y en
los chicos el vello púbico y la capacidad de eyaculación.
La fecha de la menarquía
(primera menstruación) no solo depende de factores madurativos, se adelanta en
las ciudades y en los países más cálidos
B. Cambios
psicológicos
La adolescencia es
una fase de reafirmación del Yo, el individuo toma conciencia de sí mismo y
adquiere mayor control emocional. Los problemas relacionados con el proceso de
crecimiento, el desarrollo de los
órganos genitales y las consecuencias derivadas de los caracteres sexuales
secundarios hacen del adolescente un ser diferente, ambivalente, a veces
acomplejado ye n lucha permanente con su imagen corporal.
El adolescente
quiere más autonomía y busca nuevas experiencias, pierde la confianza básica en
la familia, lo que hace que se sienta extraño y angustiado en un mundo con el
que no se siente plenamente identificado. El adolescente tiene una actitud de
búsqueda, no quiere marcharse de casa, sino vivir en ella de otra manera.
Esta situación
conflictiva origina que el adolescente tenga un comportamiento susceptible,
arrogante y crítico, no solo con los padres, sino con otras figuras de
autoridad. Reconoce la madurez de su pensamiento, sabe de su inteligencia
práctica y creativa, es consciente de su capacidad de tomar decisiones y de ser
responsable de las consecuencias de sus actos y, además, posee una sexualidad
que le equipara a los adultos.
A veces, el
retraimiento interior se observa desde fuera como un excesivo egocentrismo,
sobrevaloración personal y disconformidad con quienes le rodean, pero este
proceso es necesario, para que el adolescente afiance su personalidad, adquiera
un pensamiento racional y unos valores acordes con su realidad circundante.
1.3
Búsqueda de la identidad
¿Quién soy yo?, ¿qué puede hacer?, ¿hacia dónde voy?
Esta búsqueda de identidad se produce en las dimensiones cognitiva, afectiva y
social, y origina cambios que influirán en la individuación y socialización de
la persona.
Sigmund Freud defendió que las transformaciones de la pubertad
originan una nueva identidad psicosexual, que busca su propia singularidad y se manifiesta en el
paso de la sexualidad infantil a una conducta sexual adulta.
Erik Erikson considera que durante la adolescencia aparece un
periodo de crisis marcado por una vulnerabilidad y sensibilidad extremas.
Buscar la identidad de personal es el problema clave de esta etapa vital
(frente a la confusión). Erikson describe la identidad como la integración de
un conjunto de rasgos y características personales. Los rasgos son los patrones
habituales de conducta, tales como alegría/tristeza, inteligencia/estupidez,
introversión/extroversión. Las características personales incluyen los
atributos físicos, como el peso o la altura, y también la ideología y los
factores de pertenencia a un grupo.
La autoestima es lo que pienso
de mí y cómo me siento en la vida. Es la capacidad que cada persona tiene de
establecer su propia identidad y atribuirle un valor. La autoestima se muestra
en nuestro bienestar interior y depende de la familia, los amigos y grupos a
los que pertenecemos.
¿Qué causas pueden provocar una
crisis de identidad?
Los psicosociólogos enumeran varias:
·
La
introyección de la masculinidad o feminidad en razón del propio sexo, frente a
la confusión bisexual.
·
La
necesidad de hacer frente a diversos papeles sociales más exigentes.
·
La
búsqueda de un compromiso ideológico frente a la confusión de valores.,
·
El
adolescente tiene un estatus ambiguo en el conjunto social.
En la posmodernidad, cada individuo se ha convertido
en creador de su propia identidad, siempre precaria y nunca definitiva, porque
el ser humano es una realidad en perpetuo devenir.
1.4
La cultura juvenil
Los jóvenes son un
grupo de reciente aparición. La escolarización masiva ayudó a la formación de
la identidad grupal. Hoy la juventud es una forma de vida, los jóvenes han
edificado un mundo propio. La cultura juvenil presenta estos rasgos
característicos:
·
Nuevas formas de comunicación. Internet y sus herramientas tecnológicas (el
correo electrónico y la mensajería instantánea, los chats y las
videoconferencias).
·
Individualización (sociedad de individuos). En la cultura posmoderna los jóvenes renuncian a los
hábitos y costumbres vigentes, para decidir por su cuenta qué quieren ser o
hacer. Los jóvenes se enfrentan a la dialéctica sin fin entre la necesidad de
seguridad y el deseo de libertad.
·
Valoración del cuerpo. Se refleja en el culto al deporte, los riesgos
y aventuras, propios del joven masculino, mientras que en las chicas se
manifiesta por la delgadez y la silueta, cuya forma patológica se expresa en el
síndrome de la anorexia-bulimia. Esta actitud narcisista ante el cuerpo es
reforzada socialmente por la moda y la creación de “modelos” publicitarios.
·
Culto a la imagen
·
Tiempo presente. Los jóvenes viven el presente, el gozo del
momento, se las arreglan con el mundo tal cual es y muestran poco interés por
la historia pasada.
·
Sensibilidad lúdica. El culto a la sensibilidad se vive como hedonismo
y narcisismo. El sentimiento domina sobre la palabra y la sensación sobre la
abstracción.
·
Consumismo. La conversión al hedonismo consumista desarrollado
en las sociedades occidentales culmina hoy en la idolatría de los valores
juveniles. El consumismo se manifiesta en el vitalismo atribuido a las cosas,
en la urgencia de placer y la sed de diversión.
·
Nomadismo. Frente al aburrimiento de los instituido y la
uniformidad cultural, la evasión es una necesidad.
2. El
desarrollo personal
Los adolescentes,
además de afrontar los cambios físicos y psicológicos, necesitan desarrollar
sus capacidades intelectuales, morales y emocionales, ser conscientes de las
creencias e ideas irracionales que impiden su adaptación al entorno, y mejorar
sus habilidades sociales.
Jean Piaget y
Lawrence Kohlberg estudiaron el desarrollo intelectual el primero y el
desarrollo moral el segundo.
Tres cuestiones de
gran interés son: el desarrollo cognitivo, el desarrollo moral y las creencias
e ideas irracionales.
2.1.
Desarrollo cognitivo
B.Inhelder y Jean Piaget describen en su obra De la lógica del niño ala lógica del adolescente cómo en la
adolescencia se pasa del estadio de las operaciones concretas al estadio
formal.
Las características funcionales del pensamiento
formal son:
a)
Apertura al mundo de lo posible: el adolescente descubre que la vida tiene muchas
posibilidades más allá de su experiencia personal.
b)
Pensamiento lógico: el pensamiento formal se basa en proposiciones, no
en realidades.
c)
Posibilidad de razonamiento hipotético-deductivo: este método consiste en establecer una hipótesis
(explicación provisional de un fenómeno), deducir consecuencias y comprobarlas
a través de la experimentación, variando un factor, mientras permanecen
invariables los demás.
d)
Pensamiento egocéntrico: esta forma de pensar, típica del adolescente, se
caracteriza por conceder un gran poder a la reflexión y a la abstracción.
2.2 Desarrollo
moral
La ética es una
reflexión sistemática acerca del modo más adecuado de actuar y de vivir la
vida., para que esta sea lo más humana posible. La vida moral, lo mismo que la
vida psíquica de la persona, se desarrolla a lo largo del tiempo y culmina en
la autonomía de la conciencia del sujeto, como razón fundamental del
comportamiento ético.
Lawrence Kohlberg elaboró una teoría cognitiva sobre el desarrollo
moral y también investigó la capacidad de las personas de “juzgar moralmente”
ciertas situaciones vitales. Comenzó sus análisis empíricos presentando
diversos “dilemas morales” y clasificando las distintas respuestas. De esta
forma llegó a determinar la existencia de seis estadios, agrupados en tres
niveles de moralidad.
Los tres niveles
son el nivel I: Premoral; nivel II: Moral convencional; nivel III: Moral autónoma.
2.3 Creencias
e ideas irracionales
Las creencias e
ideas constituyen un factor de estabilidad para nuestra teoría, pero fallan con
frecuencia, porque la realidad cambia y solo podemos defendernos de creencias
dogmáticas y supersticiones mediante el conocimiento racional.
Las creencias son
ilusiones útiles que nos permiten manejar nuestras experiencias, pero una tarea
esencias de los adolescentes es adquirir un sistema mental racional y abierto,
no creencial y cerrado.
El psicólogo Albert
Ellis señala que hay modos inadaptados de construir el mundo y las creencias
irracionales que los mantienen son la causa de los sufrimientos de muchas
personas. Ellis creó la Terapia Racional-Emotiva (TRE) en 1962 y su objetivo
era ayudar a las personas a pensar de forma más racional y abandonar
pensamientos y creencias absurdos. Las creencias irracionales son las que
conducen a pensamientos y sentimientos autoderrotistas, que ejercen un efecto
adverso en la conducta.
En cambio, un
pensamiento racional no es absolutista o totalitario, sino coherente y
verificable; produce emociones moderadas y nos ayuda a conseguir nuestros
objetivos.
Las ideas y
creencias irracionales tienen estas características: producen emociones
negativas intensas y duraderas; exageran las consecuencias negativas de un hecho
o acontecimiento; reflejan obligaciones y demandas no realistas sobre uno mismo
y los demás; son absolutistas y van acompañados de palabras como todo, nada o
nunca.
2.4 Habilidades
sociales
Las habilidades
sociales (HS) son las conductas que realizamos en un contexto interpersonal,
cuando expresamos los pensamientos y sentimientos, los derechos y deseos de un
modo adecuado a la situación y
respetando a los demás.
A. Características
·
Las habilidades sociales requieren aprendizaje, sea por experiencia directa o mediante la
instrucción.
·
Las HS contienen componentes cognitivos (percepción social, lenguaje), fisiológicos (la
conducta verbal), y afectivos
(ansiedad o alegría)
·
Las HS son una característica de la conducta, no de las personas; son respuestas específicas a
situaciones concretas.
B. Conducta
pasiva, agresiva y asertiva
Las relaciones
interpersonales son necesarias para el desarrollo y el funcionamiento
psicológico de todas las personas.
·
La
conducta pasiva es característica de las personas que no saben expresar sus
pensamientos y sentimientos, o lo hacen sin confianza y de forma
autoderrotista.
·
La
conducta agresiva que hace uso de la fuerza física, psicológica o emocional,
conduce a la violación de los derechos y sentimientos de los demás. Puede ser
directa, con insultos y amenazas, o indirecta, con murmuraciones maliciosas.
·
La
conducta asertiva consiste en expresar los propios derechos y necesidades sin
avasallar o manipular a los demás. La
asertividad implica respeto, no servilismo. La persona asertiva manifiesta sus
pensamientos y sentimientos en cada momento, y su conducta no verbal (la mirada
o la expresión facial) va acorde con su expresión verbal.
3. Las
relaciones interpersonales
La inteligencia
interpersonal es la capacidad de comprender nuestros sentimientos y emociones y
cómo influyen en nuestra conducta. Las habilidades de esta inteligencia son la
empatía (entender las motivaciones y emociones de los otros y saber escuchar), y
dirigir las relaciones interpersonales (hacer amistados, afrontar los
conflictos y compartir valores).
3.1 La
atracción interpersonal
La atracción
interpersonal es el juicio que una persona hace de otra a lo largo de una
dimensión actitudinal, cuyos extremos son la valoración positiva (amor) y una
evaluación negativa (odio).
Variables más importantes de la atracción:
·
Proximidad
·
Apariencia física. ¿Por qué el aspecto físico tiene tanta
importancia? Una explicación es que existe el placer estético de contemplar a
alguien bello, y existe la tendencia a suponer que quien posee una buena
cualidad también tendrá otras cualidades brillantes.
·
Semejanza: edad, procedencia geográfica, personalidad,
actitudes o aficiones.
·
Reciprocidad
3.2 ¿Qué
es el amor?
El enamoramiento
presupone el deseo y la atracción y sus
características son:
·
La
persona sufre un proceso de encantamiento.
·
Deseo
de otra persona de forma exclusiva
·
Cuando
existe correspondencia entre los enamorados, la relación es de entusiasmo y la
ruptura se convierte en sufrimiento.
·
La
rutina y el aburrimiento son los principales enemigos del amor.
·
El
enamoramiento va unido a un deseo de intimidad afectiva, sexual y de mayor
compromiso.
El psicólogo Robert
Sternberg, en su obra La experiencia
del amor, expone una concepción triangular del amor que consta de tres
componentes básicos: intimidad, pasión y compromiso.
3.3 La
pareja
Considerado el
entorno como poco enriquecedor, deseamos que nuestra pareja reconozca nuestra
identidad y nos ayude en la difícil y siempre inacabada tarea de ser adulto.
A. La
habilidad de la comunicación
Uno de los
elementos básicos de la relación es la comunicación. La comunicación afectiva
tiene gran importancia para armonizar y convivir en pareja.
Existen numerosos
mensajes destructivos que perturban y producen bloqueos en la comunicación:
·
Ordenar:”¡Ven
a las 7!”
·
Ridiculizar:”¡Qué
idiota eres!”
·
Imponer
soluciones: “¡O dejas a tus amigos o te dejo!”
·
Criticar:
“Siempre dejas las cosas sin terminar”
·
Interpretar:
“Estás haciendo esto para volverme loco”
La comunicación,
mientras exista amor, es lo más importante en la vida de una pareja. Un defecto
de cualquier relación amorosa es la mala interpretación de las palabras y
comportamientos.
B. El
arte de amar
Cada pareja es
fruto de una historia particular, define lo que es aceptable, ordena su espacio
y tiempo, y construye su identidad. A la pareja fusional (centrífuga y
replegada en sí misma), le sucede la pareja fisional (centrípeta y abierta al
exterior).
¿Cómo mejorar las relaciones de pareja?
1.
Desarrollo
de la intimidad.
2.
Satisfacer
necesidades: emocionales, afectivas, sociales, recreativas, de expresión.
3.
Tomar
conciencia. Asumir la responsabilidad de nuestras vidas y no descargar sobre el
otro nuestros miedos y dificultades.
4.
Crear
un espacio de negociación.
5.
Formar
una relación armónica.
4. Hacia
una nueva masculinidad
Interpretaciones
sobre la masculinidad:
·
Tendencia feminista: la masculinidad es una construcción social creada
para mantener los privilegios de los hombres y la opresión de las mujeres, lo
que origina consecuencias negativas para ambos géneros.
·
Tendencia conservadora y tradicional: los hombres son y han de seguir siendo los
protectores de las mujeres.
·
Tendencia de grupos específicos: existe una masculinidad universal y diversidad de
experiencias masculinas, que abarca a heterosexuales y homosexuales, negros y
blancos, etc.
·
Tendencia mítica: aboga por rescatar los valores ancestrales de la
naturaleza masculina y actualizarlos. Roberto Bly propone la combinación de
rudeza e ingenuidad como carácter del varón.
Ante la transformación que ha experimentado la
mujer, el hombre ha perdido la seguridad en sí mismo, se siente indefenso y
acobardado, con miedo y temor ante unos cambios del mundo, que tiene que
comprender y asumir.
Resumen extraído
por María Jesús Suárez del libro de texto de Psicología de Bachillerato de Juan
Ignacio Alonso García.
Unidad 12.
La sexualidad humana
1. Naturaleza de la sexualidad
1.1 Evolución de la sexualidad
1.2 La sexualidad: un valor humano
1.3 Dimensiones de la sexualidad
2. Fundamentos biológicos de la
sexualidad
2.1 Anatomía y fisiología masculina
2.2 Anatomía y fisiología femenina
3. La respuesta sexual humana
3.1 El cerebro y la conducta sexual
3.2 El ciclo de la respuesta sexual
3.3 Disfunciones sexuales
4. La psicosexualidad
4.1 Aprender a vivir la sexualidad
4.2 Funciones de la sexualidad
4.3 Actitudes ante la sexualidad
4.4 El desarrollo psicosexual humano
5. Formas de expresión sexual
5.1 La masturbación
5.2 La heterosexualidad
5.3 La homosexualidad
5.4 Variaciones de la conducta
sexual
6. Sexualidad en la adolescencia
6.1 La identidad sexual
6.2 La conducta sexual
6.3 Embarazo en la adolescencia.
Introducción
En las últimas
décadas, los descubrimientos científicos, el feminismo, la aparición de las
nuevas tecnologías de la información, van desterrando el secretismo sobre la
sexualidad y las discriminaciones de los individuos por razón de su sexo.
La sexualidad solo
se puede sentir y vivir desde la integridad del ser humano, desde su peculiar
experiencia vital. El sexo es uno de los factores determinantes de la conducta
humana.
La sexualidad
humana trasciende la simple finalidad biológica –la reproducción de la
especie-, y se adorna con un elemento inexistente en el mundo animal: el placer
de la emoción, que culmina en el sentimiento del amor sexual. El amor, la
ternura y el placer constituyen el último estadio de un largo proceso
evolutivo.
La educación sexual
debe abordar la nueva forma de concebir a la sexualidad, asociada a la
comunicación, la afectividad y el placer, y el respeto a diferentes formas de
vivir la sexualidad.
1. Naturaleza
de la sexualidad
La sexualidad es
una dimensión constitutiva del ser humano desde el nacimiento hasta la muerte,
se manifiesta en todos los actos de su vida, moldea su personalidad y afecta a
su equilibrio emocional y social.
1.1
Evolución de la sexualidad
La sexología como ciencia surge
a finales del siglo XIX. La sexología es la ciencia que investiga los aspectos
biológicos y psicosociales de la sexualidad humana. La sexualidad es un
fenómeno pluridimensional, evoluciona con la historia de la sociedad y de la
cultura, y de cada hombre y mujer en particular.
En nuestra época, el proceso de
mundialización y el surgimiento de la sociedad informacional y del conocimiento
ha cambiado la concepción tradicional del sexo. La exploración y la expresión
sexual a través de Internet adopta múltiples formas. El cibersexo o actividad
sexual online implica el uso de contenidos para la estimulación sexual, y puede
ser un comportamiento individual (búsqueda de imágenes) o un comportamiento
interpersonal (chateo sexual, intercambio de e-mails, meeting online, etc).
1.2 La sexualidad:
un valor humano
No podemos saber
quiénes somos si desconocemos nuestra sexualidad. Para empezar, hay que
distinguir entre sexo y sexualidad. La sexualidad está formada por tres esferas
y el sexo está contenido en una de ellas. La sexualidad humana está compuesta
por una esfera biológica (sexo), una
sociocultural (género) y una psicológica (identidad de género y
orientación sexual).
Sexo. Somos seres sexuados por naturaleza. El sexo constituye un proceso
compuesto de varios niveles (genético, gonadal, genital, hormonal y biográfico)
que nos hace seres únicos e irrepetibles.
Sexualidad (es). Es el modo con que cada persona sexuada,
hombre o mujer, percibe, siente y vive su propio sexo. Todos poseemos una
personalidad propia y un estilo peculiar de vivir la sexualidad.
1.3
Dimensiones de la sexualidad
El estudio de la sexualidad es un objetivo común de
la sexología, la biología, la medicina, la sociología y la psicología. Los
biólogos nos informan sobre los mecanismos fisiológicos de la excitación y la
respuesta sexual. Los sexólogos nos enseñan qué son las enfermedades de
transmisión sexual y las disfunciones sexuales. Y por último, los psicólogos
examinan qué factores influyen en nuestra conducta sexual.
Las cuatro dimensiones de la sexualidad más
importantes son:
1.
Dimensión biológica (sexo). Es el conjunto de características anatómicas,
fisiológicas y endocrinas que diferencian a hombres y mujeres y están presentes
en toda relación sexual.
2.
Dimensión psicoafectiva. Es una dimensión humana que afecta a las emociones
y sentimientos, y está relacionada con las creencias y los valores de cada
persona. Además, la personalidad y los deseos, la propia identidad y la
orientación sexual son factores decisivos en las relaciones sexuales.
3.
Dimensión sociocultural y ética. Cada sociedad modela el desarrollo y expresión de
la sexualidad de sus miembros y establece unos valores y pautas para justificar
los comportamientos sexuales.
Los
antropólogos consideran la ley del incesto como la primera regla básica para el
comienzo de la civilización. En la mayoría de las culturas el tabú del incesto
prohíbe y condena las relaciones sexuales entre ascendientes y descendientes.
Esta prohibición contribuyó a proteger a la sociedad de los problemas genéticos
de la consanguinidad y de los problemas sociales que originaría las relaciones
sexuales dentro de una familia.
4.
Dimensión clínica. La actividad sexual es una función natural de cada
persona. Algunos problemas psicológicos, como la ansiedad y la depresión,
pueden originar problemas de convivencia, que repercuten en la vida sexual.
Desde esta perspectiva se buscan soluciones, por ejemplo, a las disfunciones
sexuales o a la adicción al sexo.
2. Fundamentos
biológicos de la sexualidad
Recientes investigaciones
han establecido que los órganos genitales de hombres y mujeres tienen el mismo
origen biológico y que durante su evolución intrauterina se van diferenciando,
adquiriendo las características propias de cada sexo.
2.1
Anatomía y fisiología masculina
La anatomía sexual describe los órganos
reproductores y las partes del cuerpo que, en potencia, son zonas erógenas. La
fisiología investiga las funciones de la respuesta sexual. Los órganos
masculinos están formados por los testículos, el pene y un conjunto de órganos
accesorios: glándulas (vesículas seminales, próstata y glándula de Cowper) y
conductos (epidídimo, deferente y uretra).
A. Órganos
sexuales externos
·
Pene. Es el órgano masculino eréctil que permite el coito
(introducción del pene en la vagina de la mujer) durante la excitación sexual.
Hace que la orina salga al exterior y transporta el esperma para la
fecundación. El tamaño del pene no influye en la virilidad o la capacidad
sexual. El extremo del pene se denomina glande, muy sensible a la estimulación
física, y está recubierto por una porción de piel, el prepucio. La fimosis es
una malformación congénita debida a que la abertura del prepucio es tan
estrecha, que no permite el paso del glande durante la erección. La fimosis
desaparece con una intervención quirúrgica (circuncisión), práctica tradicional
entre los judíos, los musulmanes y algunas tribus africanas.
·
Escroto. Bolsa de piel situada debajo del pene, que alberga y protege los testículos.
B. Órganos
sexuales internos
·
Testículos. Son los órganos o glándulas sexuales masculinas que
están contenidos dentro del escroto y fabrican los espermatozoides y las
hormonas sexuales masculinas (testosterona), que determinan los caracteres
sexuales secundarios.
·
Epidídimo. Es una estructura situada encima de los testículos
y en su interior se almacenan y maduran los espermatozoides,
·
Conductos deferentes. Son dos tubos, uno para cada testículo, que
transportan el esperma desde el epidídimo hasta la uretra.
·
Próstata. Es única y se encuentra debajo de la vejiga.
Segrega un líquido llamado líquido seminal, que al mezclarse con los
espermatozoides forman el semen. Su función es mantener la salud del esperma y
ayudar al movimiento de los espermatozoides.
·
Vesículas seminales. Son dos glándulas cuya función es producir parte del
semen y proporcionar nutrientes (fructosa) a los espermatozoides.
·
Uretra. Sale desde la próstata y va por el interior del pene
y es el lugar por donde la orina y el esperma son expulsados del cuerpo.
2.2 Anatomía
y fisiología femenina
Las mujeres tienen
órganos sexuales externos relacionados con el placer y órganos internos
relacionados con la reproducción.
A. Órganos
sexuales externos
La vulva es el órgano situado más al exterior de
todos los que forman el aparato genital femenino. Está integrado por:
·
Monte de Venus. Se encuentra delante de la zona genital femenina
·
Labios mayores y menores. Son repliegues cutáneos que protegen el orificio
vaginal y el clítoris.
·
Clítoris. Órgano eréctil que constituye la principal fuente
de excitación de la mujer. No tiene finalidad reproductora.
·
Vestíbulo. (camino de entrada). Es el área dentro de los
labios menores que contiene las aberturas hacia la vagina y la uretra. Tiene
gran sensibilidad al tacto.
·
Orificio de uretra. Es la salida por la que se expulsa la orina. Está
situado entre el clítoris y el orificio de la vagina.
B. Órganos
sexuales internos.
·
Vagina. Órgano muscular que conecta el cuello del útero con
la parte externa de los genitales femeninos. Puede acoger el pene durante el
acto sexual, canalizar el flujo de sangre durante la menstruación y permitir el
paso del bebé durante el parto. El himen es una fina membrana que rodea a la
vagina y su conservación es un signo de virginidad en muchas culturas.
·
Útero o matriz. Es una cavidad en forma de pera y situada
entre la vejiga y el recto. Su función
es acoger el óvulo fecundado, y es donde anida el embrión para el desarrollo
durante los 9 meses del embarazo. Posee varias capas: un revestimiento que se
forma y desaparece cada mes durante el ciclo menstrual (endometrio) y otro
músculo o miometrio, que se contrae para expulsar el bebé durante el parto. En
su extremo inferior (cuello del útero o cérvix) se alarga y comunica con la
vagina, lo que permite el paso de la menstruación y los espermatozoides.
·
Ovarios. Son las glándulas sexuales femeninas, con forma de
almendra, situadas a ambos lados de la matriz. Tienen dos funciones
importantes: producir óvulos y hormonas sexuales: estrógenos y progesterona.
·
Trompas de Falopio. Son conductos que van desde cada ovario a la parte
más alta del útero. Su función es permitir que los óvulos liberados lleguen al
útero, y es el lugar donde se produce la fecundación del óvulo maduro.
·
Glándulas de Bartholin. Se encuentran a ambos lados de la vagina. Segregan
una sustancia que la lubrifica y favorece tener relaciones sexuales.
3. La
respuesta sexual humana
Todos los
seres humanos estamos dotados de un programa genético (XX o XY), de un sistema
hormonal (progesterona o testosterona), de unos órganos genitales (ovarios o
testículos) y de un sistema nervioso único que conforman una estructura
psicofisiológica, que es la base sobre la que se construye la conducta sexual.
El deseo
sexual es una de las manifestaciones del comportamiento, al mismo nivel que la
sed, el hambre o el sueño. En los seres humanos, el surgimiento del impulso o
deseo sexual depende tanto del sistema nervioso y los mecanismos hormonales,
como de estímulos externos e internos.
3.1 El cerebro y la conducta sexual
El cerebro
no es una zona erógena, pero contribuye de manera decisiva en el comportamiento
sexual. Las dos áreas cerebrales más importantes en el funcionamiento sexual
son la corteza cerebral y el sistema límbico.
La corteza cerebral interpreta los
estímulos sexuales como activadores o inhibidores sexuales. Una fantasía
sexual, contemplar una foto erótica,… estimula a las células corticales. Estas
transmiten sus mensajes a la médula espinal, que envía sangre a los genitales,
provocando así la excitación sexual: la erección o la lubricación vaginal.
Por otra
parte, el sistema límbico, controla
la liberación de las hormonas hipofisiarias, supervisa las variaciones de
hormonas en la sangre y activa los circuitos nerviosos implicados en la
excitación.
Cuando los
hombres y las mujeres llegan al orgasmo, liberan sustancias llamadas
betaencefalinas (un tipo de endorfina), que se unen a receptores en el cerebro
(receptores opiáceos), y provocan la euforia que se experimenta durante el
orgasmo, ya que el placer sexual se expande por todo el cuerpo.
A.
Las
hormonas y la conducta sexual
Las hormonas
son sustancias químicas producidas y secretadas por las glándulas endocrinas.
Estas sustancias se desplazan por la sangre y afectan a diferentes órganos del
cuerpo. Estos mensajeros químicos desencadenan el desarrollo sexual y
posibilitan las relaciones sexuales y la reproducción.
La pubertad
comienza cuando la hipófisis bajo el control del hipotálamo, parte del cerebro
que pertenece al sistema límbico, libera hormonas que originan la maduración de
los genitales.
En el
hombre, las glándulas sexuales masculinas o testículos producen esperma y
testosterona, la hormona sexual masculina.
En la mujer,
los ovarios que son glándulas endocrinas secretan dos hormonas llamadas
estrógenos (producen los caracteres sexuales secundarios en la mujer) y
progesterona (prepara el cuerpo femenino para el embarazo).
Por otra
parte, las glándulas de la hipófisis secretan dos hormonas importantes: la
hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH). Estas
hormonas viajan a través de la sangre y hacen que los ovarios y los testículos
actúen por primera vez. En la mujer estas hormonas salen de forma cíclica
durante la menstruación. En el hombre,
la salida de las hormonas hipofisiarias es tónica, de forma que la producción
de testosterona es constante en el tiempo.
B.
Los
estímulos psicológicos
La capacidad del cerebro humano para interpretar los
estímulos como eróticos es muy variada. Los estímulos físicos y sociales
condicionan las reacciones sexuales del individuo. La cultura, la familia y los
amigos, la televisión o Internet moldean la conducta sexual.
Además de los estímulos externos, en los seres
humanos tiene gran importancia los estímulos psicológicos. Las personas pueden
excitarse sexualmente gracias a sus fantasías, aunque no concuerden con la vida
real, o con el recuerdo de actividades sexuales pasadas.
La madurez
sexual supone aprender a crear relaciones en las cuales haya tanto
excitación como bienestar, sexo y ternura, espontaneidad y honestidad. Crear
una amistad erótica es una obra de arte.
3.2 El ciclo de la respuesta sexual
Se denomina
respuesta sexual a los cambios que experimenta un organismo ante la presencia
de estímulos erógenos. Los sexólogos William Masters y Virginia Johnson
publicaron su obra Respuesta sexual humana (1966), gracias a sus
investigaciones realizadas en el
laboratorio. Observaron que en el cuerpo de ambos sexos se dan dos
reacciones básicas ante un estímulo sexual: vasocongestión (afluencia de sangre a los vasos sanguíneos) y miotonía (aumento de la tensión muscular), que ceden en la etapa de resolución.
La respuesta
sexual humana consta de cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución.
A estas añadimos la fase de deseo, porque se precisa la estimulación durante la
excitación.
Fase de excitación. En el hombre l signo físico
más destacado es la erección producida por la afluencia de sangre a los tejidos
del pene. En la mujer se lubrica y expande la vagina, y los pechos y pezones se
agrandan. En ambos sexos hay un aumento del ritmo cardíaco y la temperatura.
Estos cambios preparan a los órganos para practicar el coito.
Fase de meseta. En esta fase la excitación y la vasocongestión son
altas. En el hombre se originan sensaciones de inminencia eyaculatoria. Y en la
mujer, la secreción vaginal aumenta y parece próxima la sensación de orgasmo.
Orgasmo. Durante el orgasmo se libera la tensión acumulada
en fases anteriores. Se observan contracciones musculares en todo el cuerpo, y
un aumento de la respiración, el pulso y la presión sanguínea. Esta es la fase
más breve e intensa en sensaciones placenteras.
Fase de resolución. Las constantes vitales
(respiración, ritmo cardíaco, etc.) recuperan su tono normal. Se produce una
sensación de relax y bienestar general. Durante esta fase el hombre entra en un
periodo refractario (desde pocos minutos hasta un día o más) en el que no puede
volver a tener un orgasmo. La mujer no tiene un periodo tan extenso.
3.3 Disfunciones sexuales
Son
alteraciones de la respuesta sexual que impiden que una persona participe o
disfrute del sexo. Cuando los miembros de una pareja ocultan una disfunción
como si no existiera, pueden crear una crisis afectiva y sexual, por problemas
que, en realidad tienen solución.
A.
Disfunciones
en la mujer
·
Deseo
sexual inhibido (frigidez). Las causas más frecuentes son
educativas: percibir el coito como algo culpabilizador, desconocimiento sexual,
vergüenza o miedo al rechazo.
·
Vaginismo.
Es la aparición de un espasmo muscular del tercio exterior de la vagina que
obstaculiza la actividad sexual.
·
Anorgasmia.
Dificultad o imposibilidad de alcanzar el orgasmo, por una inadecuada
estimulación, desconocimiento del propio cuerpo o por otras causas.
·
Dispareunia.
Es el dolor genital durante el coito por falta de lubricación vaginal.
B.
Disfunciones
en el hombre
·
Deseo
sexual inhibido (impotencia). Consiste en la ausencia o disminución
de la erección. Las causas pueden ser orgánicas, por ingestión de drogas, o
psicológicas, como el estrés o la ansiedad.
·
Eyaculación
precoz. Se produce cuando no se controla la eyaculación y
se realiza el acto sexual en completa asincronía con la otra persona.
·
Orgasmo
inhibido. Ausencia de eyaculación después de un periodo
adecuado de excitación sexual.
C.
Causas
psicológicas
Algunas
disfunciones pueden ser consecuencia de trastornos físicos (hipertensión), o
por ingestión de determinadas sustancias (alcohol, fármacos), pero en la
mayoría de los casos surgen por causas psicológicas:
a) Personales: falta de
información, aceptación de mitos culturales irracionales, miedo a la intimidad,
a la relación sexual o al rechazo. Otra causa es el aburrimiento sexual por
tener relaciones rutinarias y/o falta de espontaneidad.
b) Impersonales: deficiente
comunicación o luchas por el poder en la pareja, diferentes actitudes hacia el
sexo o preferencias sexuales.
4.
La psicosexualidad
Lograr un
desarrollo psicosexual sano y satisfactorio no es una tarea fácil para los
hombres y las mujeres. La falta de educación afectiva y sexual produce estas
consecuencias: desconocimiento de la sexualidad humana, uso infrecuente de
métodos anticonceptivos, muchos embarazos adolescentes no deseados,
enfermedades de transmisión sexual, estereotipos y prejuicios sobre el
funcionamiento del propio cuerpo y del otro sexo, y comportamientos sexistas
que bloquean la independencia personal.
4.1 Aprender a vivir
la sexualidad
Tradicionalmente,
el criterio aceptado para distinguir lo normal y anormal en sexología, era
fundamentalmente religioso y cultural. La sexualidad se justificaba por su
perspectiva reproductiva, de ahí la consideración como anormal, inmoral o
vicioso del placer, la masturbación o la homosexualidad.
Podemos
considerar anormales ciertos comportamientos como los que se imponen por la
fuerza (violación) y el chantaje, los que provocan ansiedad y no afecto, o la
rigidez tradicional de los roles sexuales.
4.2 Funciones de la sexualidad
La sexualidad, en los seres humanos, significa mucho
más que un simple mecanismo de reproducción puesto a nuestra disposición por la
naturaleza. El amor, la ternura y el placer sensual coronan el último estadio
de un largo proceso evolutivo. Las principales funciones de la sexualidad son
la comunicación, el placer y la reproducción.
A. La comunicación
La
comunicación y la relación interpersonal son imprescindibles para el desarrollo
físico y psicosocial del ser humano. El contacto corporal (miradas, caricias,
besos, abrazos) transmite sentimientos y afectos. Es un lenguaje más espontáneo
y sincero que el lenguaje verbal. La comunicación afectiva y sexual no siempre
precisa de las palabras.
B. El placer
La tradición
judeocristiana a lo largo de la historia ha considerado que el placer era
pecaminoso y la única función de la sexualidad era la procreación. Sin embargo,
el placer es el resultado de una relación gratificante con uno mismo y con
otras personas.
C. Reproducción.
La capacidad
reproductiva del ser humano se reduce a ciertas edades, sin embargo, su
sexualidad es permanente en la vida del individuo.
4.3 Actitudes ante la sexualidad
El sexólogo
Efigenio Amezúa defiende la existencia de tres tipos de actitudes:
a) Actitud prohibitiva. Ha sido
defendida por instituciones y personas que conciben el fenómeno sexual como
algo tabú, vergonzoso, de lo que es mejor no hablar.
b) Actitud permisiva. Es un
cambio de actitud superficial. Algunos piensan que ya están liberados por
pensar, decir o hacer aquello que estuvo prohibido en el pasado. Y mantienen
esta actitud por seguir la moda.
c) Actitud de cultivo. La actitud
de cultivo parte del potencial personal. Cultivar la propia sexualidad no se
improvisa, exige esfuerzo.
4.4 El desarrollo psicosexual humano
Para Freud,
el desarrollo psicosexual humano es un proceso que atraviesa distintos estadios
o fases: oral, anal, fálica y genital. Y hay una fase de latencia entre la
fálica y genital.
A.
Fase
oral
La boca es
la primera zona de placer. Los besos y caricias, el contacto con la piel
materna al mamar, la succión, etc., son actos placenteros para el desarrollo
del bebé. De la seguridad que
experimentan en esta fase depende su desarrollo psicosexual.
B.
Fase
anal
En el
segundo año de vida comienza la educación en el control de esfínteres, que
desplaza el interés infantil hacia la zona anal. El mecanismo de retención y
expulsión de las heces tiene un marcado significado psicológico. Si los padres
son muy estrictos en sus métodos, pueden surgir dos reacciones del infante:
retener las heces (estreñimiento) y desarrollar un carácter obstinado, o
rebelarse (expulsar las heces en un momento inoportuno) y generar rasgos de
carácter destructivos (rabietas).
C.
Fase
fálica (edípica)
El interés
se desplaza hacia los genitales, se establece la diferenciación psicosexual
masculina o femenina y la identificación con el padre o la madre. Durante esta
fase aparece el complejo de Edipo (o de Electra, en el caso de las niñas), que
consiste en la atracción hacia el progenitor del sexo opuesto, a quien se
quiere poseer, y la hostilidad o rechazo hacia el del mismo sexo. La resolución
del complejo de Edipo es de enorme importancia porque estructura la
personalidad y el deseo humano, y sirve para que el individuo acepte las normas
sociales.
D. Período de latencia. Hacia los
seis o siete años comienza una etapa en la que los impulsos se mantienen en un
estado de quietud.
E.
Fase
genital
A partir de
la pubertad se inicia la última fase del desarrollo psicosexual, organización y
madurez sexual y se reafirma la identidad sexual del hombre o la mujer. Freud
establece una ruptura entre el sexo como función biológica al servicio de la
reproducción y la sexualidad humana, que no es un dato natural, sino que se
construye en una compleja historia de relaciones intersubjetivas.
5. Formas
de expresión sexual
La
sexualidad no tiene edad y cambia a lo
largo de la vida.
La
orientación sexual se refiere al tipo de personas por quienes sentimos
atracción sexual y hacia quienes dirigimos nuestro deseo. Podemos distinguir
varias formas de expresión sexual: masturbación, heterosexualidad,
homosexualidad, bisexualidad y parafilias (conductas sexuales atípicas).
5.1 La masturbación
Es la
expresión más temprana y duradera de la sexualidad humana.
La
masturbación o autoestimulación es la obtención del placer a través de las
caricias de los genitales u otras partes del cuerpo. Además de satisfacer el deseo o aliviar la tensión sexual, ayuda a
conocer el cuerpo.
Los
sexólogos han disipado antiguas creencias según las cuales la autoestimulación
podría provocar ceguera, impotencia o locura. La investigación psicosexológica
ha demostrado que la masturbación no causa ningún daño físico ni mental. El
informe de Alfred Kinsey (1948) confirmaba que el 90% de hombres y el 60% de
las mujeres se habían masturbado alguna vez.
5.2 La heterosexualidad
Consiste en la atracción por personas de diferente
sexo y es la conducta más común entre los seres humanos. En la mayoría de las
culturas se manifiesta en las relaciones de un hombre y una mujer, pero existen
sociedades donde está admitida la poligamia (un hombre con varias mujeres) y la
poliandria (una mujer con varios hombres).
El comportamiento heterosexual cambia y evoluciona
con el tiempo. Varias tendencias en las últimas décadas: la gente se casa a una
edad más tardía, las mujeres que ejercen una profesión retrasan la maternidad y
cada año el número de divorcios es similar al número de matrimonios. En la
sociedad actual, las personas disponen de muchos lugares para estableces nuevas
relaciones. Por Internet, se conocen y enamoran muchas parejas.
5.3 La homosexualidad
La
homosexualidad es la atracción sexual entre personas del mismo sexo (los
términos “gay” y “lesbiana” son los más
usados). En la homosexualidad no existen problemas de identidad sexual,
simplemente se trata de hombres que sienten atracción por otros hombres y
mujeres que se sienten atraídas eróticamente por mujeres.
Grecia y
Roma admitió la homosexualidad, la cultura judeocristiana la condenó (a la
hoguera hasta el siglo XVIII). Todavía hoy algunas religiones siguen
considerando esta conducta contra natura. La homofobia (prejuicios
antihomosexuales de individuos o grupos sociales) fue condenada por el Consejo
de Europa en 1984. La Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-III, APA, 1973)
dejó de considerar la homosexualidad un trastorno mental.
Recientes
investigaciones sobre parejas homosexuales han encontrado que los homosexuales
dan más valor a lo afectivo que a lo puramente sexual y conciben la sexualidad
como un juego y no como un deber o una obsesión.
5.4 Variaciones de la conducta sexual
El término
“parafilias” designa los comportamientos sexuales poco habituales, antes
considerados perversiones sexuales. La excitación sexual y gratificación del
individuo se busca a través de experiencias sexuales insólitas y son más
frecuentes en hombres que en mujeres.
·
Exhibicionismo.
Es la tendencia a exponer los genitales a personas del sexo opuesto, para
excitarse, alcanzar el orgasmo o escandalizar.
·
Voyeurismo.
Consiste en obtener satisfacción sexual mediante la observación de la desnudez
o de los actos sexuales de otros.
·
Travestismo.
Tendencia a utilizar vestidos del otro sexo para conseguir la estimulación
sexual.
·
Fetichismo.
Tendencia a sentirse atraído sexualmente por algún objeto inanimado. Los
fetichistas sustituyen el objeto sexual de placer por prendas de vestir (ligas,
medias) de personas por la que sienten atracción.
·
Sadismo
y masoquismo. Sadismo es causar daño a otra persona para
excitarse sexualmente, y masoquista es quien siente placer cuando recibe algún
daño o es humillado.
·
Paidofilia.
Consiste en la atracción sexual hacia los niños.
6. Sexualidad
en la adolescencia
Los
adolescentes deben asumir su orientación sexual, respetar la orientación sexual
de otras personas y comprender que pueden sentirse atraídos sexualmente por
otras personas o ser objeto de atracción sexual para otros. No confundir
orientación sexual con la personalidad.
A.
Sexualidad
y posmodernidad
Los adolescentes se caracterizan por ser rebeldes,
cambiantes y desafiantes y, como todas las generaciones, crean una nueva forma
de ser y entender el mundo en el que viven. Ahora existe más libertad y
movimiento, lo que lleva a los jóvenes a experimentar y cambiar las normas de
generaciones precedentes, porque ya no hay una única manera de vivir el sexo,
ni una forma única y aceptable de formar una familia.
Por esto, asistimos
a una relativización de la moral sexual, como se puede comprobar en los
contactos vía Internet, la multiplicación de parejas, el incremento de los
divorcios y las familias recompuestas. Es indudable que nos encontramos frente
a nuevas formas de entender y vivir la sexualidad.
B.
Educación
sexual
Todas las sociedades humanas intercambian
conocimientos y dictan normas respecto al comportamiento sexual.
El feminismo ha sido revolucionario en su
reivindicación de que las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres al
placer sexual y que el deseo es una expresión del amor humano.
Necesitamos una educación sexual para formar la
propia identidad sexual y de género y comprender los cambios sociales; para no
caer en la creciente manipulación consumista del sexo y del cuerpo, ya que los
medios de información han convertido el misterio de Eros en un objeto más de consumo.
Durante la adolescencia, los pensamientos y
sentimientos sexuales son cada vez más importantes. La dimensión sexual
adquiere una gran proyección, por los cambios hormonales, el surgimiento del
deseo y los ensayos de nuevas formas de
vida. La sexualidad solo se puede sentir y vivir desde la integridad del ser
humano, desde su peculiar experiencia vital y sabiendo que no solo sirve para
la reproducción, sino también para compartir afectividad y placer.
6.1 La identidad sexual
Los dos componentes básicos de la identidad sexual
son: la identidad de género y el rol sexual. ¿Cuál es la diferencia entre sexo
y género? El sexo se refiere a los
mecanismos genéticos que posibilitan que uno sea macho o hembra (el par 23 de
cromosomas: XX para la mujer y XY para el hombre). Por género entendemos los rasgos conductuales, culturales o
psicológicos que son asociados a cada sexo y que toda sociedad elabora en
función de las diferencias anatómicas. El género es todo aquello que se
considera “masculino” o “femenino”, y varía de una sociedad a otra y de un
tiempo histórico a otro (gestos, vestimenta, etc).
El rol sexual es el conjunto de normas sobre cómo se
debe comportar una persona con determinada identidad sexual. Los roles sexuales
dan significado a la identidad sexual y nos indican cómo tenemos que pensar,
sentir y actuar si queremos que los demás nos consideren “hombres” o “mujeres”.
También cambiar con el tiempo y de una sociedad a otra. Hoy han perdido fuerza
los estereotipos arraigados en otras épocas y aparecen nuevas formas de ser “hombre”
o “mujer” basadas en la coeducación, la igualdad de oportunidades y el rechazo
de actitudes sexistas.
6.2 La conducta sexual
La vivencia de la sexualidad repercute en la
construcción de su identidad psíquica y afecta al desarrollo del autoconcepto y
la autoestima. Todo adolescente tiene deseos y necesidad de afecto, ansías de
vincularse a los demás y andar su propio camino.
La sexualidad de los jóvenes sigue siendo un tema
con grandes contradicciones: por una parte se esconde y no se acepta; por otra,
se estimula a través de la propaganda, el consumo o Internet. Tener o no
relaciones sexuales es una decisión que cada joven debe tomar con las debidas
precauciones, consciente de las consecuencias de sus actos y siendo responsable
de lo que hace.
6.3 Embarazo en la adolescencia
A veces, la sexualidad adolescente, más que una dimensión de desarrollo armónico
en su vida, es una fuente de culpabilidad,
miedo y angustia. Y numerosos jóvenes quedan marcados por sus primeras
experiencias sexuales insatisfactorias o traumáticas.
El embarazo en la adolescencia supone un imparto
negativo sobre la condición física y emocional de la joven, y cambia su vida.
Existen riesgos para la joven desde el punto de
vista orgánico, psicológico y socio-económico y educativo, tanto si decide
tener el bebé como si no. Si decide no tenerlo puede sufrir infecciones,
hemorragias, perforación uterina, muerte; en el plano psicológico tristeza,
pérdida y culpabilidad; y en el plano social rechazo si se conoce el hecho. Si
decide tener el hijo, puede sufrir anemias, aborto espontáneo, complicaciones
parto y posparto; a nivel psicológico estrés, depresión, baja autoestima y a
nivel social puede sufrir rechazo social, matrimonios atípicos, abandono
escolar, inseguridad social y económica.
Resumen extraído
por María Jesús Suárez del libro de texto de Psicología de Bachillerato de Juan
Ignacio Alonso García.
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