Unidad
5. Estados de conciencia y drogas
1.
La
metamorfosis de la conciencia
1.1
El
problema cerebro-mente
1.2
¿Qué
es la conciencia?
1.3
Los
niveles de conciencia
1.4
Estados
alterados de conciencia.
2.
Los
sueños
2.1
Técnicas
de registro del sueño.
2.2
Fases
del sueño
2.3
Trastornos
del sueño
2.4
La
teoría de los sueños de S. Freud.
3.
La
hipnosis
4.
Las
drogas psicoactivas
4.1
¿Qué
son las drogas?
4.2
Factores
que originan su consumo
4.3
Clasificación
y efectos de las drogas
Introducción
William James señaló que la conciencia no es una
cosa fija, sino un proceso, una “corriente” o flujo de conocimiento cambiante.
Buena parte de nuestra vida la pasamos en un estado
consciente de vigilia. Existen los estados de conciencia como el sueño, la
hipnosis y las drogas que difieran de la conciencia normal.
Los psicólogos distinguen entre estados de
conciencia alternativos (dormir, soñar, estar enfermo) y estados de conciencia
alterados debidos a la meditación, la
hipnosis o las drogas.
Las drogas tanto si son orgánicas como sintéticas,
antiguas o modernas, estimulantes, narcóticas o alucinógenas, las drogas tienen
cierto efecto psicoactivo, es decir, alteran los estados de la mente, cambian
las percepciones, afectan al estado de ánimo y modifican el comportamiento.
1. La
metamorfosis de la conciencia
Tener conciencia
implica que los seres humanos conocemos nuestras percepciones, pensamientos y
sentimientos y podemos explicárselos a los demás.
1.1 El problema cerebro-mente
El sueño de los neuropsicólogos es comprender qué es
la mente. La neurociencia investiga la estructura y organización del cerebro
humano y de los procesos mentales…pero descifrar el problema cerebro-mente, qué
es la conciencia, por qué soñamos o cómo influyen las drogas en el cerebro es un misterio. Los estudios en
este campo se pueden dividir en tres teorías: dualismo, monismo y emergentismo.
A.
Dualismo
Los
dualistas consideran que el cerebro y la mente son dos entidades independientes
que pueden interactuar o no, pero que tienen características diferentes. El
cerebro es material y espacial, puede conocerse mediante la percepción externa,
pero no tiene conciencia ni es intencional. En cambio, La mente es inmaterial, no ocupa espacio y
solo se puede captar por la percepción interna (privada y subjetiva), es
intencional y en ella reside la conciencia.
Esta postura es defendida por Platón, Descartes y ha
sido ratificada por el premio Nobel John Eccles en la obra escrita junto con
Karl Popper, El yo y el cerebro
(1985). Estos autores rechazan el determinismo físico a favor de la libre
voluntad. La objeción más corriente al dualismo es que contradice la
conservación de la energía: si la mente no tiene existencia física, ¿cómo puede
iniciar cambios físicos en el cerebro?
B.
Monismo
Los monistas
rechazan la división entre cerebro y mente. Francis Crick, premio Nobel por su
descubrimiento del ADN con John Watson, en “La
búsqueda científica del alma”, reivindica que la mente y su atributo más
misterioso, la conciencia no son más que el resultado del trabajo de las
neuronas organizadas. La mente depende de
la actividad cerebral.
C. Emergentismo
Los emergentistas afirman que la
actividad mental emerge de los procesos físico-biológicos, pero no se reduce a
ellos. Roger Sperry,
premio Nobel de Medicina en 1981 establece que la conciencia emerge de la
organización cerebral.
Las técnicas
de neuroimagen nos permiten penetrar en el cerebro donde se forman el pensamiento,
las emociones y la conciencia de lo que somos.
1.2 ¿Qué es la conciencia?
La mente es
el conjunto de los procesos mentales. Es una
actividad, un proceso que posee estas tres características: Intencionalidad
(hacer referencia a un objeto o contenido), conciencia y carácter
representacional.
La conciencia es un hecho central de la existencia
humana, porque sin ella todos los demás aspectos de nuestra vida-la percepción,
el pensamiento o la emoción- serían imposibles.
La
conciencia es una experiencia subjetiva del conocimiento de uno mismo y de la
realidad. Está formada por experiencias del mundo exterior
(imágenes, sonidos, colores, sensaciones de frío y de calor), experiencias del
mundo interior (fantasías, recuerdos y sueños), y experiencias mentales y
emotivas (asombro, dolor, felicidad, odio y temor).
La conciencia es el conocimiento que nos permite
ejercer un control voluntario y comunicar a otros nuestros estados mentales y
emocionales. (William James)
Paul Churchaland afirma que las capacidades
psicológicas, entre ellas la conciencia, dependen de los mecanismos
neurobiológicos que las realizan.
Las
características principales de la conciencia son:
·
Implica la memoria a corto plazo.
·
Es independiente de las entradas sensoriales.
·
Exige atención dirigible
·
Tienen la capacidad de realizar interpretaciones
alternativas de datos complejos o ambiguos.
·
Desaparece en el sueño profundo.
·
Reaparece al soñar, al menos en una forma cambiada o
deslavazada.
·
Encubre modalidades sensoriales básicas distintas en
una experiencia singular unificada.
La conciencia no está en un lugar concreto del
cerebro, sino que se encuentra distribuida por toda la corteza cerebral en
forma de redes de neuronas interconectadas y jerarquizadas.
1.3 Los niveles de
conciencia
La
conciencia es una propiedad emergente de la actividad eléctrica del cerebro de
interconectar neuronas que intercambian mensajes electroquímicos.
La conciencia se refiere a la aptitud para
comprender, valorar o reflexionar sobre un hecho, una cosa o persona
determinada. Es el conocimiento subjetivo que tenemos del mundo y de nosotros
mismos, y acompaña todas nuestras impresiones y acciones.
Hay dos formas de procesar la información: el
pensamiento vigil y el pensamiento onírico.
El
pensamiento vigil (consciente) nos permite percibir a las
personas, los acontecimientos y lugares como reales y significativos; significa
estar lúcido y dirigir nuestra conducta.
El
pensamiento onírico (inconsciente), que se
origina durante el sueño, tiene una pérdida de la conciencia y de las
exigencias del mundo externo.
Todos los seres humanos experimentamos distintos
estados de conciencia, que pueden surgir después de escalar una montaña, escuchar
música clásica o tener una relación sexual. Sin embargo, hay estados de
conciencia que difieren de la conciencia “normal” y se producen por la fatiga,
la meditación, la hipnosis o el consumo de drogas.
Jean Delay y Pierre Pichot describen siete estados
de conciencia, que se pueden medir con el electroencefalograma:
·
Nivel
1. Vigilancia excesiva. Vigilancia exagerada y concentración extremas. El
individuo está muy activado por vivenciar emociones intensas.
·
Nivel
2. Vigilancia atenta. Pensar con intensidad y muestra atención selectiva
a los estímulos ambientales.
·
Nivel 3. Estado relajado.
Atención flotante y no focalizada, produce asociaciones libres del pensamiento
y desciende su conciencia del mundo.
·
Nivel
4. Ensoñación. Sumergirse en pensamientos que tienen poco que ver
con el ambiente en que nos encontramos o la actividad que se está realizando.
·
Nivel
5. Sueño ligero. Pérdida de la conciencia del mundo externo y la
imaginación visual y auditiva es intensa, pero diferente a la que se da en los
sueños.
·
Nivel
6. Sueño profundo. Consiste en la pérdida de la conciencia de los
estímulos externos y en la imposibilidad de recordar los contenidos de la
conciencia.
·
Nivel
7. Estado de coma. Incapacidad de reacción ante estímulos externos;
no hay actividad motora ni uso del lenguaje. Provocado por traumas cerebrales,
agentes tóxicos, ataques epilépticos o accidentes de trabajo.
1.4 Estados alterados de conciencia.
Sueños, hipnosis, alucinaciones, meditación,
experiencias psicodélicas….En la vida pasamos por estados de conciencia
alternativos, experiencias diferentes de la vigilia, soñar o delirar por fiebre
alta y estados de conciencia alterados,
provocados por uno mismo, como prácticas
yoga, la embriaguez o el consumo de drogas.
A veces, la
vida nos enoja o nos aburre y queremos huir de la tiranía de lo cotidiano (la
rutina). No nos gusta perder el control excepto en el acto sexual, las fiestas,
el misticismo religioso al probar alguna droga, y aun en esos casos lo
aceptamos solo porque creemos que podemos volver rápidamente a ser quienes
somos.
Los estados alterados de conciencia pueden originas
estas consecuencias:
·
Alteraciones
del pensamiento. Se puede
experimentar una diversa graduación de los procesos cognitivos: atención,
memoria y capacidad de juicio. Así se puede confundir la fantasía con la
realidad.
·
Pérdidas
de la noción del tiempo. Se puede sentir que el tiempo transcurre
rápidamente o que está detenido.
·
Pérdida
de control. Las personas rígidas e inflexibles tienen miedo a
perder el control de su vida, mientras que otras abandonan toda sensación de
autocontrol y toman drogas alucinógenas (LSD, mescalina).
·
Cambio
en la expresión de las emociones. Hay personas que padecen
alexitimia, son “autistas emocionales”, incapaces de mostrar alguna emoción por
las cosas; otros lo hacen de forma violenta.
·
Alteraciones
perceptivas y cambios en la imagen corporal. Las
personas que se encuentran bajo la influencia de LAD o tienen un brote
esquizofrénico pueden sufrir distorsiones perceptivas, alucinaciones y
delirios. Los sujetos con doble personalidad también muestran estas
alteraciones.
·
Cambio
en el sentido o significado. Cuando alguien está borracho
o soñando, puede creer haber hallado el sentido último de la vida; sin embargo,
después de la resaca o al despertar, esas creencias se desvaneces.
·
Sugestionabilidad.
Un sujeto en trance hipnótico es capaz de actuar sin percatarse de lo que hace.
Los sujetos no recuerdan de forma clara qué han hecho, sentido o pensado.
2. Los
sueños
El
conocimiento de los sueños ha despertado gran interés, ya que constituyen la
tercera parte de nuestra vida. El sueño es una necesidad básica de nuestro
organismo. El sueño se puede definir como un estado en el que se adopta una
postura determinada, con pocos movimientos y sin respuestas a los estímulos, es
cíclico (se produce 1 vez cada 24 horas) y tiene una duración de variashoras.
Durante el
sueño se producen importantes cambios fisiológicos de la actividad cerebral,
una disminución de las funciones corporales y cambios en la conciencia.
Mientras soñamos, el pulso se acelera, la presión sanguínea y la respiración se
hacen irregulares, y desaparece el tono muscular. No sabemos por qué soñamos.
El sueño puede ser una respuesta a los acontecimientos externos, manifestar las
preocupaciones y sentimientos del soñador o para satisfacer deseos o emociones
no resueltos en la vida del que sueña.
2.1 Técnicas de registro del sueño.
Podemos reconocer y registrar las ondas que produce
y sabemos a qué estado psicológico responde cada una de ellas.
1929. Psiquiatra alemán Hans Berger inventó el
electroencefalógrafo, instrumento que registra las “ondas cerebrales”
clasificadas según su frecuencia o ciclos por unidad de tiempo. Hertz (Hz).
Mide los potenciales globales del cerebro.
El registro de los sueños se realiza con estos
parámetros electrofisiológicos:
·
Electroencefalograma (EEG): mide la actividad
eléctrica cerebral, ya que los impulsos nerviosos transmitidos por las neuronas
son electroquímicos.
·
Electrooculograma (EOG). Mide movimientos oculares.
·
Electromiograma (EMG): mide toel tono muscular.
·
Oximetría: mide la cantidad de oxígeno en la sangre.
La frecuencia de potenciales eléctricos del cerebro
varía según el nivel de activación de la persona (frecuencia es el número de
oscilaciones por segundo). Durante el día, en el estado de vigilia, son
frecuentes las oscilaciones más rápidas (ondas beta, de 14 a 30 Hz), y durante
la noche, en el estado de sueño profundo, son características las ondas delta,
de 0.5 a 4 Hz.
Los datos aportados por un EEG sirven para diferenciar
tipos de crisis epilépticas o predecir los efectos debidos a lesiones
cerebrales, y también se utilizan en la definición legal de la muerte.
2.2 Fases del sueño
La investigación sobre la fisiología del sueño
comienza con Nathaniel Kleitman y Eugene Aserinsky cuando descubrieron el sueño
SOR (sueño de movimientos oculares rápidos) en 1952 y demostraron que el sueño
supone un patrón de respuesta fisiológica muy complejo y variable. Sabemos por
el EEG que los sueños no constituyen un proceso homogéneo y continuo, sino que
atraviesan varias fases alternas:
·
Fase
I (transición de la vigilia al sueño). En este
período, con ondas cerebrales de 4 a 7 Hz y que representa el 5% del tiempo de
sueño, se produce una disminución del latido cardíaco, los músculos del cuerpo
se relajan y la respiración se vuelve irregular. Las personas despertadas en
esta fase creen que no se han dormido.
·
Fase
II (sueño ligero). En esta fase aparecen ondas delta que señalan un
sueño más profundo, en el que desciende la temperatura corporal. En el EEG se
observan ondas lentas y se manifiestan los husos del sueño: ráfagas de ondas
regulares de 12 a 14 Hz (parecen marcar el límite verdadero del sueño), y
complejos K, que son ondas lentas de baja frecuencia y amplitud elevada,
producidas como respuesta a algún estímulo interno (digestión) o externo
(sonido del teléfono). Las personas despertadas en los cuatros minutos
siguientes a la aparición de los husos dicen que estaban dormidas.
·
Fase
III (sueño profundo). Se observa que no hay movimientos oculares y que
los músculos siguen relajados y emergen husos mezclados con ondas lentas delta
(menos de 4 Hz).
·
Fase
IV (sueño más profundo). A la persona soñadora es muy difícil despertarla
y, cuando se intenta, aparece desorientada. El sueño profundo dura una hora
aproximadamente, y después de pasar un tiempo en la fase IV se regresa a las
fases III, II y I. En esta etapa pueden presentarse problemas del sueño, como
el sonambulismo o hablar dormido.
El análisis de las ondas cerebrales señala dos estados
básicos del sueño:
- SOL, sueño de ondas lentas, que
corresponde a las fases I, II, III, y IV.
-
SOR, (REM: rapid eye movements), sueño de movimientos
oculares rápidos, también llamado paradójico.
Durante la
noche se producen de cuatro a seis ciclos de unos 90 minutos que se dividen en
dos fases cada uno:
-
Primera
fase de sueño lento, 80% del tiempo.
-
Segunda
fase de sueño rápido o fase REM, con movimientos rápidos del ojo y que contiene
imágenes oníricas.
Dejar a
alguien sin los sueños de ondas lentas produce cansancio y una reducción del
ritmo vital, e impedirle dormir durante la fase de sueño REM origina un estado
de intolerancia e irritabilidad.
2.3 Trastornos del sueño
Las alteraciones del sueño más características son
las siguientes:
·
Insomnio.
Es el trastorno del sueño más frecuente y se caracteriza por la dificultad de
iniciar o mantener el sueño. El insomnio puede ser causado por factores
biológicos (uso de estimulantes) o psicológicos (habituarse a ver la TV en el
dormitorio). Hay insomnio transitorio o crónico. El transitorio s debido al
estrés, los cambios de horario del trabajo, crisis emocionales…El crónico se
debe a problemas orgánicos o psicológicos, trastornos psiquiátricos, con
migrañas nocturnas o por tomar fármacos depresores del SNC.
El psicólogo
Gualberto Buela-Casal ha propuesto un modelo conductual para tratar el
insomnio. El tiempo total y la estructura del sueño están determinados por el
ritmo circadiano (¿cuándo duerme el sujeto?), el organismo (¿cómo duerme?), la
conducta (¿qué hace para dormir?) y el ambiente (¿dónde duerme?).
·
Apnea
del sueño. Durante el sueño la respiración se detiene durante
20 segundos o más, hasta que la persona se despierta un poco, traga aire y se
vuelve a dormir.
·
Narcolepsia.
Son ataques de sueño diurnos, repentinos e irresistibles, que pueden durar
desde unos minutos hasta media hora e implican pérdida de fuerza muscular
(cataplexia) y, a veces, alucinaciones visuales o auditivas.
·
Sonambulismo.
Consiste en levantarse de la cama cuando se está dormido. El sonámbulo mantiene
los ojos abiertos y fijos, puede inspeccionar el ambiente evitando los objetos
encontrados a su paso. Hay que evitar despertar al sonámbulo, sólo conducirle a
la cama.
·
Pesadillas
nocturnas. Son sueños terroríficos, comunes en niños y
adolescentes, que les provocan angustia y sobresaltos, sin contenido onírico,
por lo que no dejan recuerdo.
·
Somniloquio.
Consiste en hablar o emitir sonidos durante el sueño. No es un signo de
desorden patológico.
·
Bruxismo
(rechinar de dientes). Suele aparecer en las dos primeras fases del
sueño y, a pesar del ruido producido, el
niño no se despierta.
2.4 La teoría de los sueños de S. Freud.
Sigmund Freud convulsionó el mundo de la psicología
con su nueva teoría. En 1900 publicó “La
interpretación de los sueños”. No se conocía por entonces la fisiología del
sueño. Aunque los descubrimientos del sueño REM favorecieron el análisis de los
sueños desde la neurología, su idea fundamental (que los sueños revelan
nuestros sentimientos y preocupaciones íntimas) se sigue utilizando en la
práctica psicoanalítica.
Para Freud, los sueños son el camino de acceso al
inconsciente y una prueba de su existencia. El inconsciente, con sus leyes y
procesos, influye en la constitución y organización de la vida mental.
¿Qué significan las elaboraciones hechas durante el
sueño? ¿Cómo interpretar los sueños? La interpretación psicoanalítica de los
sueños se puede resumir en estas ideas:
·
La
asociación espontánea. Los sueños se expresan con imágenes y
representaciones, analizar y descifrar su sentido implica la asociación libre
de las ideas del soñador.
·
Los
sueños revelan la existencia del inconsciente. Los sueños
son idealizaciones o la realización de deseos insatisfechos, y revelan de forma
disfrazada y simbólica la vida interior.
·
Los
contenidos del sueño y resistencias del sujeto. Freud
distinguió entre los contenidos manifiestos del sueño (que a veces son
auténticos disparates) y los contenidos latentes (lo que permanece oculto en el
inconsciente)
·
La
censura. F. decía que el sueño es el cumplimiento enmascarado
de un deseo reprimido. La censura oculta los deseos prohibidos y modifica los
elementos del sueño de forma arbitraria, sse ejerce contra las tendencias
reprobables desde el punto de vista ético o social, y es la causa de la amnesia
onírica.
·
Elaboración
de los sueños. Intervienen tres elementos:
a) Condensación: fusión de
dos o más imágenes oníricas hasta formar un único símbolo.
b) Desplazamientos: traduce
una imagen onírica en otra, de forma similar a como funcionan las metáforas en
el lenguaje.
c) Dramatización: consiste en
convertir las ideas y relaciones abstractas en imágenes visuales: el adulterio
se puede representar por la fractura de una pierna.
·
Los
símbolos oníricos. Los sueños expresan deseos y conflictos
disfrazados como símbolos oníricos (imágenes con un significado profundo).
3. La
hipnosis
Es un estado
alterado de conciencia caracterizado por una reducción de la atención y un
incremento de la sugestión. Una persona imaginativa es
más sensible a la hipnosis. El procedimiento consiste en dar instrucciones para
llevar al sujeto de su estado de vigilia al estado de trance, sin cambios
radicales de sus sentidos y percepción.
Existen tres métodos de inducción hipnótica:
·
Inducción
rápida. Se requiere una gran atención del sujeto, y solo
funciona con personas muy sugestionables.
·
Inducción
de fijación. Se pide al sujeto que mire fijamente a un objeto
(el recorrido de un péndulo). Al centrar la atención en este aspecto, el resto
de los estímulos deja de ser relevante.
·
Inducción
con relajación progresiva. El hipnotizador repite
verbalizaciones y sugestiones que facilitan el cansancio de los ojos, la
relajación y la ausencia de temores. Así el sujeto se acerca a un estado
hipnótico más profundo.
Esta técnica terapéutica se utiliza para desarrollar
el autoconocimiento y las capacidades personales, para problemas de salud
física(dolor), pérdida de seres queridos (abandonar el dolor y la rabia),
tratamiento de fobias (saber manejar los miedos irracionales) y en el control
de hábitos negativos.
4. Las
drogas psicoactivas
Los egipcios, griegos y romanos conocían el opio y
otras drogas. Las culturas precolombinas americanas conocían plantas
alucinógenas, visionarias y estimulantes que utilizaban con fines lúdicos,
rituales o terapéuticos. Estos conocimientos eran imprescindibles para su
supervivencia.
Se utilizan con diferentes objetivos: buscar nuevas
sensaciones, evadirse de la realidad, conseguir placer, aliviar el dolor,
facilitar la comunicación social o adquirir nuevas experiencias y
conocimientos.
4.1 ¿Qué son las drogas?
Las drogas psicoactivas son sustancias que actúan
sobre el sistema nervioso central (SNC) y afectan a la percepción, los
sentimientos y la conducta. La psicofarmacología es la ciencia que investiga
los efectos de las drogas en el cuerpo y la conducta humana.
Antonio Escohotado afirma que las drogas son
sustancias neutras, que pueden aliviar o matar; no hay drogas mejores ni
peores, sino maneras juiciosas y maneras insensatas de consumirlas.
4.2 Factores que influyen en los efectos de su consumo
·
Pureza de la droga y composición real.
·
Características fisiológicas del consumidor.
·
La personalidad y los motivos del consumidor.
·
El conocimiento, las experiencias previas y las
expectativas sobre la droga.
·
La frecuencia de uso y el ambiente en que se toma.
4.3 Clasificación y efectos de las drogas
Podemos clasificar las drogas según la dependencia
que producen o por los efectos que tienen sobre le sistema nervioso central
(SNC).
A.
Clasificación
según la dependencia que producen.
Antonio Escohotado en su Historia general de las drogas, en términos farmacológicos
distingue tres grupos de sustancias psicoactivas:
1. Fármacos de “paz”: sustancias
que prometen alguna forma de paz, por amortiguar la conciencia moral, como el
alcohol o el éter; por analgesia directa (morfina y codeína); por inducir además euforia
(heroína); por asfixia del cerebro (los neurolépticos); o por simple
embrutecimiento anímico (barbitúricos, sedantes y tranquilizantes tipo Valium).
“Paz “cuyo abuso se paga con adictividad.
2. Fármacos de “energía”. Otorgan una
forma de energía, como la cocaína, el crack, la cafeína. Estas no suelen ser
adictivas, pero su abuso resulta más dañino para el cuerpo, pues su efecto es
comparable a un electrodoméstico cuando aumentamos la tensión eléctrica.
3. Fármacos “visionarios”.
Sustancias que proporcionan algún tipo de “viaje” o “excursión psíquica”, tanto
los denominados fármacos menores (MDMA o éxtasis, drogas de diseño), como los
mayores (mescalina, LSD).
Estos fármacos se oponen a la angustia, apatía y
rutina. La pervivencia de estos remedios se explica porque son sustancias
idénticas o parecidas a los neurotransmisores, que transmiten los impulsos
nerviosos.
B.
Las
drogas según sus efectos en el SNC
Las drogas actúan sobre las sinapsis cerebrales
estimulando o inhibiendo la actividad de los neurotransmisores (mensajeros
químicos del cerebro). Las sustancias psicoactivas se pueden agrupar de tres
formas diferentes: depresores del SNC, estimulantes y sustancias psicodélicas.
1.
Depresores
del SNC
Estas sustancias disminuyen el estado de alerta y
aminoran la actividad del SNC. Disminuyen sus funciones mentales: atención,
razonamiento, memoria e inteligencias. Los depresores más importantes son:
alcohol, barbitúricos, ansiolíticos y opiáceos.
·
Alcohol.
Es una droga cuyo consumo se estimula por la publicidad y las tradiciones
sociales. No es un estimulante ni tampoco un afrodisíaco, ya que deteriora el
desempeño sexual. Un consumo excesivo produce daños en el sistema nervioso o en
el hígado, interfiere en la percepción de nuestros sentidos y disminuye la
autoconciencia. En los alcohólicos crónicos pude originar delirium tremens o el
“síndrome de Korsakov” (se borra de la memoria cualquier acto reciente, aunque
el individuo pueda recordar su infancia.
·
Fármacos
sedantes (barbitúricos). En dosis bajas tienen un efecto similar a la
embriaguez alcohólica, pero en dosis altas, pueden ocasionar confusión mental
grave o síntomas psicóticos. La sobredosis puede causar el coma o la muerte, porque produce parálisis de los
centros cerebrales, reguladores de la respiración.
Estos sedantes facilitan los efectos sinápticos del neurotransmisor
GABA y se utilizan para inducir el sueño, controlar la epilepsia o como
sedantes preoperatorios.
·
Fármacos
tranquilizantes (ansiolíticos). La ansiedad o tensión nerviosa
supone sentimientos de aprensión e inseguridad que impiden realizar las tareas
cotidianas. A finales de la década de
los sesenta, el químico Leo Sternbach descubrió las benzodiacepinas. Ejemplos
el diazepán (Valium) y el clorazepato (Transilium), que alivian la ansiedad y
el miedo, el flunitrazepam (Rohipnol) combate el síndrome de abstinencia en los
heroinómanos.
·
Opiáceos.
El opio es una droga psicoactiva. Las dos sustancias derivadas del opio más
importantes son la morfina y la heroína. La adicción a los opiáceos ha girado
en torno a la heroína que se puso a la venta como medicamento para combatir la
tos (1898).
Los opiáceos producen tolerancia, dependencia física y psicológica.
El fármaco más utilizado para combatir la adicción a los opiáceos es
la metadona, que es una sustancia sintética derivada del opio.
2.
Estimulantes
del SNC
Estas sustancias producen una activación general del
organismo, agilizan el entendimiento y aumentan el rendimiento mental; también
quitan el apetito y mejoran el estado de ánimo. Las sustancias más usuales son
el café, el té, diversos tipos de refrescos y el chocolate.
Otras sustancias estimulantes más fuertes son las
anfetaminas y la cocaína.
·
Anfetaminas.
Actualmente su uso está limitado al tratamiento de la narcolepsia, la
hiperactividad infantil y la sobredosis de fármacos sedantes. Las anfetaminas
aceleran el uso de los recursos corporales y producen gran variedad de efectos
conductuales: aumentan el rendimiento, mejoran el nivel de alerta del organismo
y ayudan a combatir la fatiga. Su consumo prolongado produce tolerancia, y en
dosis elevadas aparece insomnio, pérdida de peso, deterioro de las condiciones
físicas y mentales y se puede generar dependencia física, o psicosis
anfetamínica (los usuarios se sienten amenazados y sufren delirios paranoides).
·
Cocaína.
Es originaria de Colombia, Perú y
Bolivia que se utilizaba para combatir el hambre y el cansancio. Fue un
componente de la famosa bebida refrescante de cola desde 1886 a 1906, año que
se reemplazó por la cafeína.
La cocaína incrementa la actividad de las vías del cerebro sensibles a
dos mensajeros químicos: la noradrenalina (activa el cerebro) y la dopamina
(produce una “oleada” de placer). Provoca sensaciones de euforia, seguridad y
bienestar, y cuando se acaban sus efectos, el sujeto puede sufrir trastornos
del sueño, ansiedad o depresión. Una variedad más barata es el crack que se ha
generalizado peligrosamente.
3.
Sustancias
visionarias psicodélicas
·
MDMA
(éxtasis). La metilendioximetanfetamina (MDMA) fue descubierta
accidentalmente en 1912 en los laboratorios Merck, la primera investigación en
humano fue en 1976.
El éxtasis también conocido como “Adam” o “X-TC” es una droga sintética con propiedades
alucinógenes. Puede provocar deshidratación, hipertermia (aumento de la
temperatura), tensión muscular, desmayos y escalofríos. También puede causar
confusión, depresión, problemas de sueño, ansiedad y paranoia.
·
Marihuana
y hachís. Sustancias derivadas de la planta de cáñamo
Cannabis sativa. La marihuana se compone de las hojas y las flores de esta
planta y el hachís es un material resinoso raspado de las hojas del cannabis.
La principal sustancia química activa de la marihuana es el
tetrahidrocannabinol o THC, un alucinógeno (altera las impresiones sensoriales)
moderado. Las hojas con bajas proporciones de THC son las que se denominan
“grifa” en países como Marruecos; la mezcla picada de hojas y flores con algo
de tabaco es el kif.
Existe alternancia en los efectos subjetivos de la marihuana. Risas,
agudeza para lo cómico, efusión sentimental, desembarazo de inhibiciones
personales. También elementos de aprensión y zozobra, de ir al fondo de las
cosas, de saber algo que debimos hacer y no hicimos.
Diversos estudios han demostrado que la marihuana es eficaz para
aliviar la situación de enfermos graves: es útil para frenar el glaucoma, las
náuseas producidas por la quimioterapia, estimular el apetito en personas con
sida y aliviar los espasmos que se producen en la enfermedad denominada
esclerosis múltiple. El hachís, al debilitar la voluntad, da vía libre a los
recuerdos y la imaginación; pasado y futuro se sobreponen entonces al presente.
·
Sustancias
psicodélicas. El término psicodélicas (“ilustradores” de la
psique) fue propuesto por el psiquiatra H. Osmond. LSD (dietilamida del ácido lisérgico), la
mescalina (obtenida del peyote y wemuy utilizada por los indios mexicanos) y la
psilocibina. El LSD fue sintetizado por Albert Hofmann en 1938 a partir del
cornezuelo del centeno.
El movimiento hippie utilizó los alucinógenos como una vía de
autoexploración para acceder al inconsciente, lo que en condiciones normales
era imposible.
Las drogas psicodélicas cambian la percepción sensorial y alteran la
concepción del espacio, del tiempo y del sentido del “yo”, refuerzan la
sinestesia, es decir, las transmutación de las sensaciones, es decir, el sonido
se puede experimentar como visión, el tacto como sonido, etc.
Resumen extraído por María Jesús Suárez del libro de
Psicología Bachillerato de José Ignacio Alonso García.
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